Beata Crescencia Perez

Novena Crescencia Perez

Oración para todos los días

Padre de Jesús y nuestro que por tu divino Espíritu haces florecer la santidad en la Iglesia, te damos gracias por tu Beata María Crescencia que te amó con sencillez y te rogamos que la glorifiques, para que su ejemplo e intercesión sirvan a la extensión de tu Reino y a la multiplicación de las vocaciones a la vida consagrada.
Concédenos, por su intermedio la gracia que con humildad te imploramos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

(Formular la petición y rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

“Corazón de Jesús, por los sufrimientos de tu Divino corazón, ten misericordia de nosotros”


1° DIA: LA HUMILDAD DE CRESCENCIA

Crescencia reconoció al Señor como su Creador y Padre a quien le debía su alabanzas y gratitud. Nunca buscó los primeros lugares; desde su niñez sirvió a Dios y a los hermanos con sencillez de corazón.

2° DIA: LA CARIDAD

El amor de Dios es un amor tierno, acogedor, sencillo, protector y paciente. Su amor no tiene límites, no excluye a nadie. El amor de Dios es eterno, permanece en el tiempo, a pesar de nuestros pecados; su amor es fiel.
Toda la vida de Crescencia fue un ininterrumpido acto de amor, amó a Dios y al prójimo, amor que se fue gestando en el seno de su familia en las pequeñas cosas de cada día. No tuvo otro modelo que Dios mismo

3° DIA: EL SACRIFICIO HUMILDE OFRENDA A DIOS

Para hacer sacrificios no hace falta grandes manifestaciones, sino mas bien ofrecer día a día las pequeñas y grandes dificultades al Señor como lo hizo nuestra Hna Crescencia. Ella nos enseñaba en la oración ofrecer todos nuestros sufrimientos a Dios.

4° DIA: LA BONDAD EN CRESCENCIA

“Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulos, no quedará sin recompensa” Mt 10, 42 la bondad es la inclinación que lleva a ocuparse de los demás y a que participen de lo que uno tiene.
Crescencia trató de ser instrumento de Dios, con los niños, con los enfermos, con los pobres que buscaban en su bondad una visible manifestación de la misericordia de Dios.

5° DIA: LA ALEGRIA SIGNO DE LA PRESENCIA DE DIOS

La Alegría es fruto de la presencia de Dios que llena el corazón de la persona, por eso la alegría es una de las características de la vida del cristiano, al saber que Dios no está lejos, sino cercano; que no es indiferente, sino compasivo.
Crescencia vivió su consagración al Señor con el gozo de ofrecer cada día el cumplimiento de sus responsabilidades, sabiendo que Dios Padre misericordioso siempre estaba a su lado.

6° DIA: LA SENCILLEZ EVANGELICA

La persona sencilla es única, recia, sin adornos, ni artificios, no le hace falta mostrar y poner en un escaparate sus posesiones y cualidades porque son evidentes y naturales.
La sencillez nos enseña a saber quienes somos y a poner toda nuestra confianza en Dios quien sostiene nuestra vida.
Crescencia supo conjugar en su vida, la sencillez y el amor a Dios, es por eso que la fragancia de sus virtudes se extendió y permanece en medio nuestro.

7° DIA: LA PUREZA

Crescencia, fue una mujer íntegra, por su pureza de vida y de costumbres. De ésta manera pudo conocer profundamente a Dios y alabarlo con el corazón totalmente entregado a Jesús, su Esposo.
La pureza de su vida fue transparencia nítida y plena de la huella de Dios en la vida de todo hombre.
Dios Padre, al crearnos puso en nuestro corazón una huella original. La pureza es reflejo de la belleza eterna, reflejo de la belleza de Dios.

8° DIA: EL AMOR A MARIA

Crescencia vivió con alegría su SI al Señor, siguió los pasos de María en su advocación del Huerto, en la congregación de las Hijas de María, fundada por San Antonio Gianelli.
Ella consagró su vida a María y todo lo esperó de ella, se sabía protegida, guiada y sostenida por María.

9° DIA: LA CONFIANZA Y ABADONO EN DIOS

Las últimas semanas de su vida las pasó en la comunidad de sus hermanas religiosas de Vallenar.
En efecto, al recibir el santo viático ella se incorporó en su lecho y ante una imagen del Señor dijo: “Jesús, por los sufrimientos de tu divino Corazón ten misericordia de nosotros”. Finalmente en medio de una profunda sonrisa vino a repetir las mismas palabras de Jesús en la cruz “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”
Era el 20 de mayo de 1932″
En el momento de su muerte, las hermanas en Quillota pudieron percibir un aroma de violetas.