Nuestra casa espiritual se vistió de gala para recibir y celebrar a nuestros queridos niños que aceptaron a Jesús por primera vez. Es el infinito amor de Dios que se hace presente en sus vidas, compartiendo con ellos Su Misa y Su Pan.
Los alumnos no estuvieron solos en esta experiencia única de regocijo para el alma, los acompañaron sus padres y familiares, gozosos de compartir esta vivencia tan especial con ellos y firmes en su decisión de ser el ejemplo que los acerque cada día más a la Fe y a la oración.
Recibir a Jesús en nuestras vidas siempre es motivo de júbilo y esperanza, sobre todo en estos tiempos de incertidumbre que nos toca vivir, le rogamos a Él que nos cubra con su manto protector y nos ilumine en la oscuridad. Que nos ayude y no nos abandone en nuestros momentos más difíciles.
No pudieron compartir la celebración junto a sus compañeros en la fecha indicada debido a que se encontraron en ese momento bajo aislamiento estricto, sin embargo lograron finalmente recibir a Jesús, quien jamás nos deja de proteger.
Confiamos infinitamente en Él y en su divina misericordia, y le rogamos por el pronto fin de la pandemia para que pronto podamos volver a reunirnos todos juntos en su casa a celebrar el Amor, la Fe y la Esperanza.
