“Como Crescencia, caminamos con esperanza”
Día 1: Confianza en Dios (Ancla)
Oración inicial:
Dios, Padre bondadoso, que por medio de la Beata María Crescencia nos muestras la belleza de
confiar plenamente en tu Providencia, concédenos seguir sus pasos y vivir con absoluta confianza,
no solo en las cosas del alma, sino también en nuestras necesidades materiales, sabiendo que tú lo
dispones todo para nuestro bien. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Lectura breve:
La Beata María Crescencia Pérez vivió profundamente las enseñanzas de confianza en la
Providencia divina que, el santo Fundador de la Congregación San Antonio María Gianelli, dejó como
herencia espiritual a las Hijas de María del Huerto. Supo abandonarse por completo en las manos del
Señor.
Todos vivimos tiempos difíciles e inciertos, son parte de la vida. En esos momentos, la confianza en
nuestro Padre Dios puede ser puesta a prueba, y muchas veces la tristeza, la ansiedad y la
desesperación intentan ocupar su lugar.
María Crescencia nos enseña que confiar en Dios es tener la seguridad de que Él nunca nos fallará.
Palabra de Gianelli sobre la confianza:
«El bien es siempre bien… Hagamos el bien lo mejor que podamos y dejemos luego que Él se haga
cargo de todo… ánimo, confianza más grande que todo lo creado” (Gianelli, Carta n. 197)
“Alabado sea Dios, que prueba, pero no abandona” (Gianelli, 04/11/1845)
Reflexión diaria:
Inspirados por Gianelli y por el ejemplo luminoso de María Crescencia:
¿Cómo vivimos la confianza en Dios ante las dificultades materiales y espirituales?
¿Qué situaciones concretas de nuestra vida podemos entregar con mayor abandono y
serenidad en las manos paternales y providentes de Dios?
Propósito diario
Hoy, ante cualquier dificultad o contratiempo, repitamos con plena confianza: “Dios sabe sacar el
bien incluso de aquello que ahora me parece adverso”
Oración final:
Señor Jesús, que por medio de Gianelli nos enseñaste que nuestra confianza en Dios no excluye el
auxilio de María Santísima, de los ángeles y los Santos, concédenos cumplir fielmente nuestros
deberes con humildad y sencillez. Enséñanos, como hiciste con María Crescencia, a vivir
abandonados en tus manos amorosas, confiando que siempre nos cuidas y que nunca nos
abandonas. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatoria diaria:
Beata María Crescencia, modelo de confianza en Dios, ruega por nosotros.
Día 2: Humildad (violeta)
Oración inicial:
Dios, Padre misericordioso, que enriqueciste a la Beata María Crescencia con un corazón humilde y
lleno de amor por Jesús y María, te pedimos que su ejemplo de fidelidad y servicio nos inspire a vivir
con generosidad y sencillez. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Lectura breve de su vida:
La virtud de la humildad, ejercitada en grado heroico, viene señalada, junto con la caridad y la
fortaleza, como la virtud característica en todas las manifestaciones de la vida de la Hna. María
Crescencia (Positio Inf. 145)
Humildad ante Dios es reconocer la realidad de nuestro ser, de nuestra vida y de nuestros actos.
Decía el Papa Francisco sobre la humildad que: “nos ayuda a combatir el orgullo y los delirios de
grandeza que tantas veces surgen dentro de nosotros” (22/05/24)
Los testigos interrogados en el Proceso de Beatificación de la Hna Crescencia, son concordes en
afirmar que la Beata se distinguió particularmente en la humildad.
Palabras de San Antonio María Gianelli sobre la humildad:
“Y en primer lugar la humildad. Esta virtud, que es fundamento y sostén de todas las demás…”
(Gianelli, 16/12/1844)
“Aspiremos todos al bien, pero al verdadero bien… si somos humildes y si oramos, llegaremos a
hacerlo con la ayuda de Dios” (Gianelli, 04/10/1845)
Reflexión breve:
Meditemos hoy sobre la profunda humildad y el amor a la voluntad de Dios que caracterizó la vida de
la Beata María Crescencia.
¿En qué aspectos necesitamos crecer?,
¿Reconocemos que todo bien viene de Dios?
¿Cómo reaccionamos ante nuestras fragilidades, observaciones o dificultades?
Oración final:
Señor Jesús, por la intercesión de tu sierva fiel, la Beata María Crescencia, concédenos vivir
fielmente tu Evangelio y servir a nuestros hermanos con caridad humilde y desinteresada. Que jamás
busquemos la gloria propia, sino solo tu voluntad y la edificación de nuestros hermanos. Tú que vives
y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatoria:
Beata María Crescencia, humilde servidora del Señor, ruega por nosotros.
Día 3: SENCILLEZ (Pan y vino)
Oración inicial:
Dios, Padre misericordioso, que enriqueciste a la Beata María Crescencia con un corazón humilde y
lleno de amor por Jesús y María, te pedimos que su ejemplo de fidelidad y servicio nos inspire a vivir
con generosidad y sencillez. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Lectura breve de su vida:
“Toda la sencillez que es posible en una persona de Dios, la tenía esta Hermana…” (Positio, Summ.
142)
A veces tendemos a la prepotencia, a lo inmediato, pasajero a cosas que no perduran. A ser los
primeros en tener la última novedad que sale al mercado. Cuantas veces nuestra meta es ser los
primeros en el tener y en el aparecer.
“Las religiosas o personas que la han conocido desde chica (a Ma. Crescencia) y que la han visto
crecer en la vida religiosa, destacan especialmente que la virtud de la humildad fue la que más
sobresalió en su vida y por la cual agradó profundamente a Dios” (Positio, Summ. 142)
Palabras de San Antonio María Gianelli sobre la sencillez:
“No nos dejemos embrujar por las apariencias, antes atendamos a las sustancia de las cosas”
(Gianelli, enero de 1843)
Reflexión breve:
Meditemos hoy sobre la virtud de la sencillez que vivió tan profundamente María Crescencia, guiada
por la enseñanza de Gianelli.
¿Busco con frecuencia la aprobación del mundo o más bien trato de vivir con sencillez,
agradando únicamente a Dios?
¿De qué maneras concretas puedo vivir hoy con más autenticidad, sencillez y transparencia
delante de Dios y de los demás?
Oración final:
Señor Jesús, por la intercesión de tu sierva fiel, la Beata María Crescencia, concédenos vivir con
auténtica sencillez evangélica, libres de vanidad y soberbia. Que en todo momento y circunstancia
acudamos a ti con humildad, sencillez y plena confianza, buscando únicamente agradarte a Ti y
servir con alegría a nuestros hermanos. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Jaculatoria:
Beata María Crescencia, ejemplo de humildad y sencillez, ruega por nosotros.
Día 4: POBREZA EVANGÉLICA (Vasija de barro)
Oración inicial:
Dios, Padre misericordioso, que enriqueciste a la Beata María Crescencia con un corazón humilde y
lleno de amor por Jesús y María, te pedimos que su ejemplo de fidelidad y servicio nos inspire a vivir
con generosidad y sencillez. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
3Lectura breve de su vida:
La Beata María Crescencia Pérez vivió de manera muy profunda la pobreza evangélica,
caracterizada por una vida sencilla, austera y desapegada de los bienes materiales. Esta virtud
evangélica, inspirada directamente en el ejemplo de Jesús, se manifestó claramente en su vida
cotidiana a través de actitudes concretas:
Desapego absoluto: Crescencia vivía sin buscar comodidad ni privilegios, aceptando
voluntariamente lo más sencillo y pobre para sí misma.
Sencillez y humildad: Ella no deseaba destacar ni ser reconocida; aceptaba gustosa las tareas más
simples y ocultas, mostrando un corazón verdaderamente humilde.
Solidaridad con los más pobres: La pobreza no era solamente una opción personal, sino un modo
de solidaridad y empatía con los pobres y sufrientes. Veía en ellos la presencia viva de Cristo.
Confianza en la providencia divina: Vivía confiando plenamente en Dios, renunciando a
seguridades humanas para dejarse guiar por su providencia amorosa. Que el ejemplo de María
Crescencia sea una invitación a todos los laicos a vivir, en medio del mundo, la pobreza evangélica
como, un signo profundo de amor a Cristo en el desprendimiento y generosidad espiritual.
Palabras de San Antonio María Gianelli sobre la pobreza evangélica
“… compadeceos de los pobres enfermos y ayudadles con gran caridad” (Gianelli, 25/10/1843)
Reflexión breve:
Meditemos hoy sobre la pobreza evangélica vivida intensamente por María Crescencia, siguiendo las
enseñanzas de Gianelli.
¿Qué valor le doy realmente a la pobreza evangélica en mi vida cotidiana?
¿Qué comodidades estoy dispuesto a sacrificar para seguir más de cerca a Jesús pobre y
humilde?
Oración final:
Señor Jesús, por intercesión de tu sierva fiel, la Beata María Crescencia, enséñanos a amar la
pobreza evangélica como medio privilegiado para encontrarte a Ti y para servir a nuestros hermanos
con caridad sincera y generosa. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Jaculatoria:
Beata María Crescencia, modelo de pobreza evangélica, ruega por nosotros.
Día 5: ESPERANZA (PLANTA QUE CRECE)
Oración inicial:
Dios, Padre misericordioso, que enriqueciste a la Beata María Crescencia con un corazón humilde y
lleno de amor por Jesús y María, te pedimos que su ejemplo de fidelidad y servicio nos inspire a vivir
con generosidad y sencillez. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Lectura breve de su vida:
La Hna. Crescencia, “Manifestó más firmemente la virtud de la esperanza en ocasión de su
enfermedad mortal, que la llevó al sepulcro, porque más que nunca allí se evidencia su espíritu de fe
y su segura confianza en la eternidad feliz que le esperaba…”
Decía una testigo que la Sierva de Dios “murió sonriendo, hasta el final; murió esperando…” (Summ.,
pp. 124.)
4La Beata es una inspiración para que reflejemos la presencia y la acción de Dios en el mundo, laicos
„gianellinos-misioneros‟, capaces de dar un testimonio alegre y contagioso del amor de Dios.
La esperanza “es energía que da vida para el duro combate de la fe y restituye permanentemente las
fuerzas para continuar el camino. Por ello, María Crescencia, joven y frágil, emerge como la mujer
fuerte. La esperanza es la virtud para el camino largo y fatigoso…” (Mons. Castagna)
Palabras de testigos sobre San Antonio Gianelli y la virtud de la esperanza:
“Junto con la fe una firme esperanza guiaba a Gianelli en todas sus acciones… Sus aspiraciones se
dirigían al paraíso que es el objeto principal de la esperanza…”
“Ni las mayores dificultades podían entibiar su esperanza o detenerlo del cumplimiento de sus
deberes”
Reflexión breve:
Meditemos hoy sobre la esperanza que marcó profundamente la vida de Crescencia, guiada por la
enseñanza de Gianelli.
¿Estoy dispuesto a aceptar con humildad y alegría la voluntad de Dios, aunque implique
renuncias o cambios en mis planes personales?
Oración final:
Señor Jesús, por intercesión de tu sierva fiel, la Beata María Crescencia, concédenos vivir la fe y la
esperanza, ayúdanos a confiar en tu propósito divino para nuestras vidas. Que tu esperanza brille
intensamente en nuestros corazones y guíe nuestros pasos. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Jaculatoria:
Beata María Crescencia, modelo de esperanza, ruega por nosotros.
Día 6: FRATERNIDAD (Manos unidas)
Oración inicial:
Dios, Padre misericordioso, que enriqueciste a la Beata María Crescencia con un corazón humilde y
lleno de amor por Jesús y María, te pedimos que su ejemplo de fidelidad y servicio nos estimule a
vivir con generosidad y sencillez. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Lectura breve de su vida:
“Con las religiosas de sus comunidades vivía en una actitud de fraterna comunión, ella sentía un
natural deseo de vivir en un clima familiar, ya heredado de su familia, y lo encontró en las
comunidades religiosas donde le tocó vivir; encontró y buscó realizar verdaderamente este clima
familiar” (Positio, Summ. 89)
“La fraternidad es una dimensión esencial del hombre, que es un ser relacional. La viva conciencia de
este carácter relacional nos lleva a ver y a tratar a cada persona como una verdadera hermana y un
verdadero hermano; sin ella, es imposible la construcción de una sociedad justa, de una paz estable
y duradera. Y es necesario recordar que normalmente la fraternidad se empieza a aprender en el
5seno de la familia… La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y
el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor”
(Francisco, 01/01/2014)
“María Crescencia tenía un sentido grande de obediencia y de fraternidad con todas las Hermanas…”
(Positio, Summ. 128)
Palabras de San Antonio María Gianelli sobre la vida comunitaria y la fraternidad:
“Procurad conservar la buena armonía y la paz de que habláis, pues, después de la gracia de Dios,
es el mejor tesoro” (Gianelli, 17/10/1840)
“…Os recomiendo encarecidamente que os ocupéis decididamente a extirpar el germen de la
desunión…” (Gianelli, 11/06/1843)
Reflexión breve:
Meditemos hoy sobre la fraternidad que caracterizó a Crescencia en el seguimiento de Cristo, según
las enseñanzas de Gianelli.
¿Vivo realmente en espíritu de comunión, poniendo lo que soy y tengo al servicio generoso y
humilde de mis hermanos y hermanas?
¿De qué maneras concretas puedo hoy crecer en comunión, generosidad y disponibilidad
hacia mi familia, trabajo, amigos?
Oración final:
Señor Jesús, por intercesión de tu sierva fiel, la Beata María Crescencia, concédenos vivir
plenamente la comunión fraterna en nuestras familias y comunidades. Danos corazones abiertos,
generosos y atentos, para amarnos como Tú nos amaste, y hacer visible tu presencia entre nosotros
mediante una auténtica vida común. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Jaculatoria:
Beata María Crescencia, modelo de comunión fraterna, ruega por nosotros.
Día 7: GENEROSIDAD (Manos abiertas)
Oración inicial:
Dios, Padre misericordioso, que enriqueciste a la Beata María Crescencia con un corazón humilde y
lleno de amor por Jesús y María, te pedimos que su ejemplo de fidelidad y servicio nos inspire a vivir
con generosidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Lectura breve de su vida:
“En esta vida simple y lineal tenemos que descubrir ese clima de verdadero heroísmo virtuoso que
la Hna. Crescencia, ha sabido para vivir durante su vida consagrada como hermana gianellina.
Podríamos rápidamente afirmar que también para ella, como para tantos candidatos a la gloria de los
altares, todo se ha efectuado en el “terrible cotidiano”…” (Censores Teólogos III)
Vivimos en una sociedad de querer tener cosas, a veces superfluas, inútiles. Esto tiene sus
inconvenientes, como la avidez desmesurada, acumulación desmedida, compulsiva y egoísta. En la
vida de la Hna Crescencia vemos como la generosidad en socorrer a los hermanos más necesitados
nos hace verdaderamente felices.
6“Grande fue, por consiguiente, el amor de esta “dulce hermana» hacia Dios y hacia el prójimo en el
espíritu de su santo Fundador: ayudando a los más pobres, los más abandonados y desheredados”
(Censores Teólogos III)
Palabras de San Antonio María Gianelli sobre la generosidad:
“La dulzura, las buenas maneras, la caridad, la paciencia no pueden ser nunca excesivas” (Gianelli,
21/12/1842)
“La caridad les enseñará a ser generosas hacia los demás, sobre todo con los pobres y con los
enfermos” (Gianelli, 16/12/1844)
“Cuántas cosas se harían si tuviéramos la verdadera caridad” (Gianelli, enero de 1843)
Reflexión breve:
Meditemos hoy sobre la generosidad que caracterizó a María Crescencia, siguiendo las enseñanzas
de Gianelli.
¿A qué cosas, estoy particularmente apegado?
¿Cómo puedo crecer hoy en generosidad, para entregarme más plenamente al servicio de
Dios y mis hermanos más necesitados?
Oración final:
Señor Jesús, por intercesión de tu sierva fiel, la Beata María Crescencia, danos un corazón libre y
generoso, desprendido de todo, para poder seguirte y servirte con prontitud, alegría y auténtica
caridad evangélica. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Jaculatoria:
Beata María Crescencia, ejemplo de generosidad, ruega por nosotros.
Día 8: CARIDAD EVANGÉLICA VIGILANTE (Fuego)
Oración inicial:
Dios, Padre misericordioso, que enriqueciste a la Beata María Crescencia con un corazón humilde y
lleno de amor por Jesús y María, te pedimos que su ejemplo de fidelidad y servicio nos inspire a vivir
con generosidad y sencillez. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Lectura breve de su vida:
“Su inmolación por las almas no era sólo hecha de oración y de oferta espontánea, se manifestaba
en la convicción de saber ver al Maestro en cada hermano o hermana: «Cuando lo hicieron con
alguno de estos más pequeños… lo hicieron conmigo” (cfr. Mt 25,40). En esta luz ella vivió su vida de
comunidad en las relaciones con las hermanas y en las formas variadas de apostolado que pudo
ejercitar, en su vida breve y con su salud…” (Censores Teólogos III)
La Beata María Crescencia nos ilumina y anima a comprometernos en medio del mundo, a llevar la
consoladora presencia del Señor a las gentes que viven en las „periferias‟ de nuestra sociedad, con
una entrega profunda y en fidelidad de las pequeñas cosas de cada día, como hizo nuestra Hermana.
“Se recuerda… el empeño de la Hna. Crescencia por vivir el carisma del Santo Fundador, para correr
al encuentro de los más pobres, los más humildes, también allí donde nadie puede ir por diversas
dificultades o por la pobreza del lugar… Con una paciencia inalterable, con una sonrisa en sus labios
y con esos tratos de gentileza y cortesía que conquistaban los corazones…” (Censores Teólogos III)
Palabras de San Antonio María Gianelli sobre la caridad:
“Servirán al Salvador enfermo entre los enfermos, o pobre con los pobres, o encarcelado con los
encarcelados y con los otros hombres más miserables en los cuales se esconde para nuestro bien”
(Gianelli, 21/12/1845)
“Crezcamos sobre todo en el celo, en la perfecta caridad hacia Dios y hacia las pobres almas y todos
los obstáculos terminarán” (Gianelli, 23/01/1842)
“En este mundo hay que contentarse con hacer algún bien, incluso poco, y a veces el Señor se
contenta solo con que lo deseemos y busquemos y lo hagamos hasta donde se nos alcanza…”
(Gianelli, 21/01/1843)
Reflexión:
Meditemos hoy sobre la caridad paciente e incansable que vivió María Crescencia, guiada por Gianelli.
¿Mi caridad es constante, paciente y desinteresada, o se limita solo a quienes me resulta fácil
¿Qué gestos concretos de caridad ingeniosa puedo practicar hoy con quienes tengo más
Oración final:
Señor Jesús, por intercesión de la Beata María Crescencia, concédenos amar con un corazón
semejante al tuyo, siempre dispuesto a entregarse en servicio humilde y constante por amor a ti,
presente en nuestros hermanos. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Jaculatoria:
Beata María Crescencia, modelo de caridad paciente y generosa, ruega por nosotros.
Día 9: ORACIÓN (Rosario)
Oración inicial:
Dios, Padre misericordioso, que enriqueciste a la Beata María Crescencia con un corazón humilde y
lleno de amor por Jesús y María, te pedimos que su ejemplo de fidelidad y servicio nos inspire a vivir
con generosidad y sencillez. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Lectura breve de su vida:
“La oración era su gran fuerza y ella utilizaba siempre ese gran recurso; como religiosa daba
testimonio de vivir en su interior una unión con Dios grande y permanente” (Positio, Summ. 43)
“Recuerdo la rapidez con que dejaba todas las cosas cuando llegaba el momento de ir a hacer
oración… Me llamaba la atención su permanente preocupación por la salvación de las almas…”
(Positio, Summ. 37)
“La vida humana atraviesa diferentes fases de paso, a menudo difíciles y arduas, que requieren
decisiones inderogables, renuncias y sacrificios…” Como María Crescencia “Encomendémosle a
María todas las fases de paso de nuestra existencia personal… María nos enseña la necesidad de la
oración y nos indica que sólo con un vínculo constante, íntimo, lleno de amor con su Hijo podemos
8salir de «nuestra casa», de nosotros mismos, con valentía, para llegar hasta los confines del mundo y
anunciar por doquier al Señor Jesús, Salvador del mundo” (Benedicto XVI, 14/03/2012)
“Su oración, su vida de oración, fue la clave de su encuentro con Dios, ya que ella encontraba
siempre cómo relacionarse con Dios…, la oración sustentó su vida y sustentó los difíciles momentos
de su enfermedad final” (Positio, Summ.126)
Palabras de San Antonio María Gianelli sobre la oración
“…preparaos con la oración, que bien sabéis que es la llave con la que todos podemos abrir los
tesoros celestiales y atraer sobre nosotros la abundancia de todas las gracias” (CP. Pág. 99)
“Oraremos y haremos orar a fin de que el Padre de las luces nos dé a conocer para su gloria. Y para
que también vos, orando y pensando, y haciendo orar podáis ver lo que Dios os inspira…” (Epist. II,
Pág. 105)
Reflexión:
Meditemos hoy sobre la oración que animó profundamente la vida y obra de Crescencia, siguiendo la
enseñanza de Gianelli.
¿Qué lugar ocupa en mi vida la oración?
¿De qué modo puedo hoy mantenerme unido a Dios a través de pequeñas oraciones en
medio de mis ocupaciones?
Oración final:
Señor Jesús, por intercesión de tu sierva fiel, la Beata María Crescencia, concédenos el don de una
oración sencilla, constante y profunda, que llene nuestra vida y nuestras acciones cotidianas de
sentido espiritual y amor hacia Ti. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Jaculatoria:
Beata María Crescencia, modelo de oración, ruega por nosotros.